DESCÚBRETE
Recuerdo con total nitidez y expectación aquel día en el que uno de mis maestros me explicó lo que llamaba “integración de sombras”.
Al principio, mi cerebro “racional”, que no estaba acostumbrado a discernir entre “esencia” y “ego”, le costó bastante integrar el concepto de “sombras personales”, y me gustaría explicártelo de una forma sencilla porque verdaderamente se trata de un aspecto clave de auto-conocimiento, como llave para acceder a nuestra más pura esencia.
La sombra, en términos psicológicos, es la parte de nuestra personalidad que se refiere a aspectos de nosotros mismos que nos resultan difíciles de reconocer, ya que nos avergüenzan, o no sentimos que nos pertenezcan.
Son pensamientos y sentimientos no aceptados, reprimidos y “enterrados” que han tomado cuerpo y vida en lo profundo de la mente, que guardamos en nuestro subconsciente.
Pues bien, estos aspectos que consideramos intolerables en nosotros mismos y por supuesto no aceptados, acaban siendo proyectados inconscientemente en otras personas significativas.
Lo proyectamos en el otro para no reconocerlo como propio.
Quizás puedas entender ahora un poco más porqué a veces nos resulta complicada la convivencia con las personas que más nos importan, porque recuerda, nuestras sombras las proyectamos sobre todo en personas SIGNIFICATIVAS, aunque si observas con atención tus pensamientos puedes darte cuenta que también las proyectas a veces incluso con desconocidos.
Pero no todas las sombras son “oscuras”, no sólo contiene aspectos de los que hemos procurado desprendernos, sino también aspectos “buenos”, enérgicos, divinos y nobles que también hemos olvidado que nos pertenecen.
Los interpretamos como si procedieran de los demás, pero también son nuestras.
A esta parte de las sombras las podemos llamar “sombras doradas”.
Recuerdo en aquella clase magistral, una vez finalizamos una dinámica grupal, en la que afloraron emociones, creencias y aspectos de cada uno de los alumnos, que hasta la fecha estaban “guardados” en el insconsciente, el maestro nos invitó a definir a nuestro compañero con dos palabras, en mi caso, no dude un instante en definir a mi compañera con las palabras: “profesionalidad” y “libertad”, y la consiguiente pregunta para mí fue: ¿Cuánto de profesionalidad y de libertad hay en mi?, y fue ese simple detalle lo que hizo que comprendiera perfectamente cómo soy capaz de ver mi esencia en otros, y lo difícil que se hace a veces verla en nosotros mismos.
Así que ahora, si te apetece, piensa en una persona significativa para tí, tu pareja, tu hij@..., alquien con el/la que convivas, e identifica algún aspecto que NO te gusta, que rechazas de esa persona, y piensa en qué parte de tu vida eres tú así...
Por ejemplo: si pienso que no soporto que mi hij@ sea desordenado, me pregunto: ¿en qué aspecto de mi vida soy yo desordenada? ¿en mis ideas mentales? ¿en mi organización laboral? ¿en mis relaciones afectivas? Porque recuerda que el “desorden” se puede manifestar de muchísimas formas!
Y si te apetece seguir conociéndote, piensa en una persona a la que admires y defínela con dos o tres palabras y piensa cuánto de esas palabras hay en tí, porque esa es tu verdadera esencia, aunque estemos programados para no reconocerla, acaso ves en esa persona que es elegante? Social? Espiritual? Expontánea?, ... ¿cuánto de esos aspectos hay en tí?
No olvides que el auto-conocimiento es el único camino real como base para conseguir tu propio Éxito Personal!!!!
Mª Ángeles Estrella