Hoy, disfrutando de uno de mis ratos favoritos de lectura, en un entorno natural maravilloso, del que soy plenamente consciente de mi fortuna por poder disfrutar de él, (os hablo de la reserva natural de Maspalomas, en la Isla de Gran Canaria), me ha inspirado un texto de un libro de Eckhart Tolle, “Un nuevo mundo ahora”, sin duda uno de mis libros de cabecera espirituales y sin el cual “mi despertar” no hubiera llegado para quedarse; y me ha inspirado como os decía, a seguir reflexionando sobre lo que llevo mucho tiempo afirmando, y es que cuando aparecen estados emocionales que aparentemente son negativos porque sentimos que nos contraen como la ansiedad, la tristeza recurrente, la depresión incluso..., son claros indicadores de “crisis interior”, de necesidad deevolucionar, son una llamada a la acción para “despertar nuestra conciencia”, mensaje que dista mucho del que desde nuestro ego interpretamos, a menudo narcotizando con fármacos nuestras vidas para acallar el mensaje y sentir una falsa felicidad.
Los estados depresivos, la ansiedad, los ataques de pánico, la tristeza y todo tipo de emociones “contractivas” las conozco de primera mano, han sido compañeras de viaje durante varios periodos de mi vida y de los de muchas personas a mi alrededor, y quizás por eso desde que tengo uso de razón me ha fascinado el estudio del mecanismo cerebral, intentando develar el cómo y el porqué de todo cuanto sentimos.
Obviamente ni aún viviendo 100 vidas llegaría a comprender ni el 10% del funcionamiento de nuestra mente, pero me parece tan fascinante que nunca me cansaré de estudiarla. De momento, lo que he ido descubriendo a lo largo de mis 39 años me han dado muchísima luz, sólo espero poder compartirlo para iluminar a tod@s cuanto pueda en mi camino.
Si remontamos al momento del comienzo de la vida en la tierra, en el que el mar ya estaba rebosante de vida, hubo un momento en el cuál, no se sabe cuál fue su motivación ni por qué, una de las criaturas marinas se aventuró a salir de él y pisar tierra firme, posiblemente fuera el primero de miles de intentos, ya que probablemente la fuerza de la gravedad lo debilitaría y lo arrastraría hasta el mar de nuevo, su medio de origen, donde estaba “programado para vivir”, pero sin saber cuál fue su motivación interior, lo intentó una y otra vez hasta que convirtió sus branquias en pulmones y sus alas en patas para adaptarse en su nuevo medio y poder hacer efectiva su “evolución” como especie.
Pues bien, la reflexión es la siguiente: ¿Cuál fue esa extraña motivación de cambio y transformación en esas criaturas marinas? ¿Tal vez alguna situación de crisis fue la responsable de esta transformación evolutiva? Y en nuestro caso... ¿Somos tan diferentes de esas criaturas marinas y su necesidad de evolución? Yo creo que no, y cada vez me reafirmo más, por mi experiencia personal, por la experiencia vivida con mis clientes día a día, por lo que veo, observo y siento.
Simple y llanamente se trata de una llamada al cambio, a la transformación, al despertar de nuestra conciencia, ese despertar que paradójicamente dormimos con fármacos y consejos, culpando a nuestras circunstancias personales, profesionales, sociales, políticas y un sinfín de historias que nos contamos para justificar nuestro estado emocional, ese que sólo te está avisando de que llegó tu hora, que debes avanzar, evolucionar, abrir tu conciencia, despertar de una vida condicionada, a ser tú! Descubriendo tu esencia, transformando branquias por pulmones y aletas por patas, porque lo que ves no es la verdad absoluta, si sufres estás viviendo en una mentira, no hay más.
Que despiertes sólo depende de ti, no esperes a que tu sufrimiento sea más grande que tu miedo para comenzar a caminar, conócete, descubre quién eres, cuál es el sentido de tu existencia, tu propósito, tus valores, tus reglas, tus necesidades primarias, alinea perfectamente tu vida a tí, porque en ese momento dejarás de sufrir, tu ego perderá todo su poder y será cuando por fin puedas sentir tu libertad, tu felicidad, tu Éxito Personal.
Y si el camino no lo quieres hacer sol@, yo puedo y quiero acompañarte.
Ama, Vive, Siente, Sonríe!