¿Por qué destruimos lo que construimos?
Esta pregunta seguro que os la habréis hecho alguna vez, yo os aseguro que en innumerables ocasiones me he preguntado: ¿Porqué entender nuestro comportamiento a veces es tan complicado?, ¿porqué resulta tan difícil comprender a veces nuestros impulsos?, ¿porqué sentimos lo que sentimos? porqué nuestro estado de ánimo?, ¿porqué nuestras respuestas?, ¿porqué nuestros resultados?. Hoy os voy a compartir una clave que para mi ha sido de vital importancia.
Nuestro cerebro tiene muchos secretos y entresijos que son importantes desvelar si queremos tomar el control de nuestra vida y no ir a la deriva!
Recientemente estoy recibiendo formación especializada en Coaching de Intervención Estratégica, una metodología creada por el propio Anthony Robbins, la cual me tiene absolutamente embelesada, entre otras cosas por los resultados rápidos e impactantes que causan en los coachees (clientes) y los que he vivido en mi propia persona!
A veces crees que nada te puede sorprender, y despúes de mucho tiempo de estudio e investigación de la mente siempre vuelves a sentir aquello de : “sólo sé que no sé nada!”
Y es que el cerebro es el órgano más misterioso que existe, y si descubres algunos de sus secretos mejor guardados, automáticamente te conviertes en el líder de tu vida!, con la responsabilidad que ello conlleva, claro está, porque ya no podrás excusarte en aquel estado de víctima que te eximía de toda responsabilidad... Pero merece la pena no?
Pues bien, uno de los aprendizajes que quiero compartir con vosotros es nuestra incesante necesidad de evolución y crecimiento. Nuestra identidad necesita CRECER CONSTANTEMENTE. Así de simple... y de complicado!
Comenzamos en un primer nivel de “supervivencia”, en el que nuestro enfoque es cubrir nuestras necesidades más primarias: techo, comida, ropa, etc, proveernos de un bienestar mínimo para poder sobrevivir.
El siguiente nivel es el de “seguridad”, en este nivel ya tenemos lo que necesitamos para sobrevivir y ahora necesitamos sentir que no nos va a faltar, es entonces cuando ponemos el foco en conseguir un trabajo estable, una relación estable, etc, evitando riesgos que puedan suponer un desequilibrio y una amenaza con respecto nuestra supervivencia.
Cuando sentimos que están controlados los dos primeros niveles: “supervivencia” y “Seguridad”, nos enfocamos en el tercero, el nivel de “Éxito”, en este nivel nos enfocamos en todo aquello que nos hace sentirnos realizados: trabajamos en lo que nos hace feliz, construimos relaciones de pareja auténticas, creamos una familia, alcanzamos objetivos económicos, cuidamos nuestro cuerpo, etc. En definitiva, cumplimos con nuestras expectativas, y esto es genial, pero ojo!! también es el momento más “delicado”! porqué? Porque necesitamos seguir creciendo, y cuando llegamos a un nivel de crecimiento en el que no sabemos cómo continuar evolucionando, nos estancamos, nos bloqueamos, y corremos el riesgo (nuestro subconsciente) de estropearlo todo para volver a crecer! Parece una locura verdad? Pues somos así de complicados... o de fáciles si sabemos cómo funcionamos!
No será la primera persona que conocéis que habéis pensado: - En qué estaba pensando esta persona, lo tenía todo! , pues sí, y no es aburrimiento, simplemente su identidad necesitaba continuar evolucionando y cómo no era consciente, su subconsciente actuó por él/ella e hizo el trabajo... estropearlo todo para volver a crecer... En internet podéis encontrar muchos casos de éxito que sin explicación acabaron en fracaso.
Pero entonces... ¿Cómo seguimos creciendo?, pues aquí la receta mágica: pasando al siguiente nivel: “Importancia”. En este nivel, nuestro enfoque se basa en la contribución, en aquello que a nosotros no nos reporta un beneficio directo (a priori), pero que aporta mucho a los demás, nuestra aportación es importante para los demás. puede ser a través de voluntariados, aportaciones, fundaciones, actos solidarios con tu comunidad, etc, etc. De esta forma tu identidad se siente absolutamente en continua evolución y tu subconsciente no te jugará malas pasadas destruyendo aquello que con tanto esfuerzo e ilusión creaste un día.
Evitarás tener que comenzar desde “cero” en áreas de tu vida en las que ahora te sientes satisfech@, pero que llegará un día en que no sepas como seguir creciendo y ese estancamiento te salga “caro”. Puedes verlo con tu pareja (si la tienes), observa como en ocasiones creamos discusiones de la nada sólo para volver a reconciliarnos y sentir que hemos “crecido” en ella...
En definitiva, “si no haces consciente tu inconsciente, éste dirigirá tu vida y tú lo llamarás destino”, conócete, acéptate, modifica aquello que no esté alineado con tus objetivos y ponte en acción! Y si no quieres o no puedes hacerlo sól@, yo puedo y quiero ayudarte.